La música es un lenguaje universal que nos afecta a todos de diferentes formas. Una de las más comunes y notables es el impacto que tiene sobre nuestras emociones o cambios de ánimo. Es muy posible que, al escuchar una canción alegre observemos diferentes respuestas en nuestro organismo que correspondan a esta emoción y que suceda lo mismo con otras emociones como la tristeza o enojo.
Es importante reconocer que este impacto positivo se hace más evidente y notable en los niños y adolescentes ya que ambos se encuentran atravesando etapas del desarrollo donde el cerebro pasa por un proceso más acelerado y por ello toda la información y aprendizaje que se obtenga tendrá un mayor impacto.
En estos momentos, donde todos nos encontramos atravesando una situación compleja, es muy posible que nuestras emociones se encuentren a flor de piel y notemos que en algunas ocasiones sobre-reaccionamos a determinados eventos que antes asimilábamos bien. Todo esto tiene una explicación, por lo que es totalmente válido que sea así. Frente a ello es importante que pensemos en algunas estrategias que pueden aportar a nuestro bienestar emocional y una de ellas, por lo explicado en líneas anteriores, es la música.
No solo me refiero a la acción de escuchar música, cuyos beneficios impactan directamente en nuestra salud, sino también al aprendizaje de esta, ya sea a nivel teórico o práctico. El aprender a tocar un instrumento parece, muchas veces, una actividad similar a cualquier otro tipo de aprendizaje; sin embargo, es muy distinto y genera efectos muy positivos, los cuales describiré a continuación.
En el caso de los niños, aprender a tocar un instrumento a una edad temprana se considera muy oportuno porque sus cerebros se encuentran en el auge del desarrollo. Por esta razón, muchos de los músicos reconocidos por su gran habilidad iniciaron sus carreras desde muy temprano. Además, es importante considerar que esta actividad implica tareas que abarcan ejercicios prácticos y dinámicos. Asimismo, la motivación por lograr llegar a reproducir la música que es de su agrado impacta también positivamente.
En el caso de los adolescentes, esta actividad puede significar una experiencia inolvidable, puesto que implica una amplitud en su vida social. En muchos casos les permite pasar a formar parte de nuevos grupos sociales, creando nuevos vínculos amistosos y proyectos como son las bandas, que incluyen valores como la responsabilidad y trabajo en equipo. Además, este será un medio para aliviar el estrés, lo cual es importante a esta edad debido a los cambios hormonales que son extremos en esta etapa y pueden significar un riesgo.
Dados los beneficios que la música puede aportar resulta relevante valorarla como un estrategia importante para tomar en cuenta tanto en niños como adolescentes durante este periodo de aislamiento.
Ahora más que nunca, al encontrarnos obligados a mantenernos en casa debemos fomentar espacios que potencien su creatividad, desarrollen su capacidad de aprendizaje, y les permitan desfogar aquellas emociones que pueden estar experimentando actualmente.
Brenda Luisa Bea Zamorano
Es editora, traductora y correctora de Ad Libitum. Su trayectoria en el mundo de la música comenzó como violinista desde los 8 años. Desde ahí prometió no dejar la música y lo ha cumplido.
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